Es tu decisión

06.06.2015 23:25

Es tu decisión

En las redes sociales, aún en este momento, las arengas a votar y no votar, son una manifestación de la creciente participación política de la ciudadanía (con fortuna, existen los medios electrónicos como testigos de ello). Este es el verdadero temor de los profesionales de la política, de los que viven del presupuesto. Porque la discusión, entre tiros y troyanos, demuestra que ambos esgrimen argumentos documentados y razonados. A veces con gritos a veces con tonos de conciliación. La intención es convencer. Es decir, ejercen el derecho humano de disentir, del derecho humano a la libertad de expresar sus pensamientos (no sé por qué llegó a la memoria John Stuart Mills), del derecho humano a la democracia.

Algunos queremos cambiar el rumbo del país por medio del voto. Otros, lo queremos cambiar con indiferencia y repudio hacia el proceso electoral. El objetivo es el mismo, mostrar a los profesionales de la política, a las familias que habitan el poder legislativo, a los empresarios coludidos con ellos, que estamos hartos de su mezquino proceder. Un tuitero dijo: votes o no, nos vemos el lunes para ver que otras opciones existen para quitar a esos parásitos de la toma de decisiones que tanto han perjudicado al 90% de la población de este país. En este sentido, existen varias alternativas. Álvaro de Regil (@cantabro), propone una nada descabellada. Pero requiere compromiso y responsabilidad. Y aquí está un problema que la sociedad, que cada uno de los ciudadanos, no ha podido resolver: seguir el comportamiento y trabajo de los representantes elegidos por los votantes. Como el voto es secreto, el ciudadano se lava las manos cuando su elegido tiene un deleznable desempeño.

Tenemos que ser consecuentes con nuestra decisión. Si votas, evalúa y reclama, si lo amerita el caso, al partido político y al votado, el desempeño de este. Votar, darse la vuelta y empezar una arenga estéril las próximas elecciones es fácil. Regresar a calentar la silla frente a la computadora es cómodo. Pero en esos términos, es igual a no haber votado. Sino votas, ¿qué acciones llevas a efecto para demostrar tu inconformidad con el proceso electoral y la forma en que se gestiona el Estado? ¿Cumples con tu responsabilidad como ciudadano tanto en lo cívico, en lo social y político? ¿Eres solidario con las causas más nobles de los sectores afectados por una decisión gubernamental? ¿Te informas con una actitud crítica? O ¿también sólo te dedicas a presumir tu valentía con un grito a los cuatro vientos: se los dije, se los dije, sigan votando? Un tuit de Alfredo Jalife-Rahme  (@AlfredoJalifeR_ ) dice, palabras más palabras menos: si no vas votar y no haces la revolución armada, eres doblemente cobarde. Bueno, se ha ganado el derecho a votar, como las mujeres, y eres libre de ejercerlo.    

Ser consecuente con nuestra decisión, implica una responsabilidad social más allá del simple hecho de depositar nuestra papeleta en la urna o anularla o no hacerlo. Es tu decisión. Pero recuerda la transformación de la sociedad es todos los días y no cada tres años. Mañana, siete de junio, puede ser un día cualquiera: México juega un partido de fútbol amistoso contra Brasil, se juega el segundo juego de la final de basquetbol entre los Cavaliers y Golden State, y la final de tenis en Roland Garros, entre Novak Djokovic y  Andy Murray. Pero los próximos, días, meses y años, tendrán un día de referencia y será mañana. Es tu decisión.