Evidencias de la crisis estructural

14.02.2013 00:42

La crisis financiera internacional, está llegando a un punto en donde los jefes de Estado hacen declaraciones que terminan por dar la razón a los pesimistas sobre el futuro a mediano y largo plazo. Pero además, fortalecen las propuestas que nadie quiere llevar a efecto porque contradicen las recetas de cocina del Fondo Monetario Internacional (FMI), de la escuela de Chicago y de sus patrones el capital financiero internacional. Por ejemplo, dado los casos de corrupción en los cuales presuntamente está involucrado el presidente español, Mariano Rajoy, éste sale corriendo a decirle a Angela Merkel, es mentira todo lo que dicen de mí. En fin, la dignidad y el derecho soberano de un país, está en las manos del capital financiero. No pueden ocultar niveles históricos de desempleo, donde la contratación indefinida, la eventual, a pesar de haber crecido, muestra las nuevas formas (acá reformas laborales) de hacer contratación estacional. En este sentido, si existe un factor determinante en las políticas económicas para hacer crecer a un país, es la certidumbre. Sin embargo, la desconfianza en los representantes (¿por qué decimos gobernantes?) de todo el pueblo, generan incertidumbre entre la población. Los españoles, en este momento, están pidiendo la cabeza de Mariano, y éste, en lugar de enfrentar a su pueblo, le da cuentas a la canciller alemana. Mientras, el pueblo ocupando las calles en manifestaciones y buscando una oportunidad para vivir con dignidad.

            Por su parte, Francia ha tenido que recurrir a la franca intervención en Malí para demostrar, por un lado, que no ha dejado de ser imperio y por el otro, mandar un mensaje a su pueblo (que no aprueba del todo la intervención) de confianza en sus gobernantes. Sin embargo, también el fantasma del desempleo no deja lugar a dudas de la crisis estructural que afecta los países galos.

Los europeos vinieron a “fortalecer” (apretar) lazos a los países latinoamericanos lacayos del capital financiero. Países como Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador y Uruguay, están dispuestos a cooperar pero bajo otras reglas. Ni hablar, los pueblos y los tiempos lo exigen. Si seguimos la receta financiera de los chicago “boys”, España nos espera en el infierno. Estamos en la antesala. De tarea